26 de agosto de 2011

Irene, el negocio del miedo en los Estados Unidos


Residentes de las zonas costeras del este vacían las góndolas de los grandes almacenes, que ofrecen packs de productos para proteger las casas de lo que llaman "una tormenta maligna". Vea el video


"Se lo están tomando realmente en serio. Saben que se trata de un gran suceso. Están tratando de estar preparados, de hacer todo temprano. No quieren esperar al último minuto", cuenta Russell Ford, empleado de uno de los negocios.

Mientras tanto, en la góndola del almacén Lowes Hardware Store, un matrimonio carga en
un enorme carro de compras un generador de electricidad, con el que piensan enfrentar una posible falta de energía si es que Irene azota la región con la fuerza que los peores pronósticos anuncian: grado 2 y vientos de hasta 180 kilómetros por hora.

Las imágenes de su paso por las islas Bahamas no son muy alentadoras a los ojos de los residentes de North Carolina, zona que parece estar en la ruta del fenómeno. Ante esa perspectiva, el negocio de estar preparado no se les escapó a las grandes tiendas, que anuncian packs en los que más que sugerir, advierten tanto en inglés como en español: "Prepare su casa. Proteja a su familia".

La campaña del miedo, justificada o no, ha generado un boom de ventas aún no cuantificado es evidente por el movimiento que se registra en los almacenes, donde las tablas de madera para tapiar ventanas, el combustible y los "productos esenciales para el huracán" que promocionan los comerciantes se venden sin cesar. Es que hay 50 millones de potenciales afectados por la temible Irene.

"Llené mi tanque de gas a tope por las dudas de que tenga que salir deprisa o algo así, y conseguí muchas reservas de comida. Saqué todo lo que había al aire libre en el jardín, cualquier cosa que pueda romper una ventana u otra cosa", cuenta Patricia Stapleton, una de las vecinas de Newport, que lo ha tomado en serio, sin prisa y sin pausa.

Más allá del negocio oportunista, una campaña de precauciones nunca está de más. Así lo entiende Phil Steranka, un constructor de Carteret County -otra ciudad de North Carolina-, quien ya ha estado en otras tormentas y sabe de qué se trata. "Estuve durante (el huracán) Bertha y algunos otros, y situaciones de ese tipo. Hace tiempo que no tenemos uno, y se supone que tendremos una tormenta maligna, así que esperemos que ésta se vaya antes de que las cosas se pongan realmente mal. Espero que se vaya hacia el mar. No quiero que nadie vea estos huracanes".

Fuente: Infobae.com

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