El poderoso complejo de medios Telemicro, con sus canales 5 y Digital 15 y alrededor de 70 emisoras de radio diseminadas por las diferentes regiones del país, ha decidido declararle guerra abierta al más popular de los cantantes bachateros dominicanos, Anthony Santos.
El Bachatú, como también llaman a Santos, habría prometido al empresario Juan Ramón Gómez Diaz, propietario del referido grupo de comunciación, cantar, mediante el pago de 1 millón 500 mil pesos, en la fiesta navideña que ofrece cada año su empresa a sus empleados, actividad que ya ha ganado fama en el país por la amenización de las más reconocidas agrupaciones merengueras y bachateras y por los grandiosos premios, que incluyen yipetas, que otorga el patrón.
Se dice que Gómez Díaz, interesado en presentar en su ya tradicional y memorable fiesta a Anthoy Santos, llegó inclusive a visitarlo en su residencia de La Mata de Santa Cruz, y que, en esa visita, el bachatero le prometió al emprsario que estaría en la celebración.
Luego (El Bachatú ha ganado fama como hombre “culebro” o veleidoso en el negocio de la música y el espectáculo, y están los que sostienen que nada está seguro con él hasta tanto se hace realidad lo que haya podido acordar) desistió de participar en la fiesta navideña de Telemicro.por razones que sólo él sabrá. Se hicieron esfuerzos, con allegados al artista, para que reconsiderara su decisión, pero no hubo forma.
Esto ha sido considerado por gente que forma parte de la familia Telemicro como una afrenta imperdonable; una ofensa inaceptable, porque al señor Juan Ramón Gómez Díaz nadie en este pais puede salirle con una trastada, con un desaire, con un desplante, como el que le ha hecho el bachatero. Ese, para estrechos colaboradores, asesores y empleados de Gómez Díaz, es un pecado capital, y quien lo cometa debe abstenerse a las consecuencias ante el ultra-poderoso e influyente completo de medios Telemicro.
Así las cosas, la primera reacción que se dio desde esa empresa fue sacar de la programación de las 70 emisoras de radio los discos de El Bachatú, así como dejar de difundir en los canales de televisión, si los hubiere, videos del cantante.
No conforme con ésta medida, desde las más altas instancias del grupo Telemicro parece que se le ha pedido a Michael Miguel, que con su verbo de fuego (cuando de atacara a adversarios se trata) arremeta implacablemente contra El Bachatú en el programa Súper Éxitos. Y así lo ha hecho Michael. Su verbo incendiario ha dirigido sus llamaradas hacia el intérprete de “Voy pa’llá” de manera sistemática en los últimos días. Le ha cuestionado porque a su entender (al entender de Michael) Santos se ha endiosado y se cree por encima de todo el mundo, y por encima del bien y del mal.
Santos, como regularmente ocurre cuando se dan estos enfrentamientos entre él y gente vinculada a los medios de comunicación, se mantiene en silencio; no reacciona. El fuego de Michael Miguel arrecia, entonces, pero siente que no surte efecto en el blacon al que va dirigido, se siente impotente, y se resigna concluyendo concluyendo con una expresión de esperanza: “lo veremos caer”.
Y, a decir verdad, difícilmente caiga el “pájaro” (nada despectivo lo de pájaro), por más que intenten su caza. Anthony es la figura de la canción de amargue con mayor arraigo popular. Con el sonido de las cuerdas de su guitarra y con su canto desgarrante se ha metido en el tuétano del gran público, de la gran masa dominicana y no ha habido forma de que salga de ahí, por más controversias o escándalos en los que se haya visto envuelto. Y en eso lleva más de 20 años, de manera sostenida, consistente, sin decaer. Y esa consistencia y “pegada” han elevado su cotización en el mercado a tales niveles que probablemente no haya otro artista dominicano que cobre lo que él cobra por actuación.
A esto hay que añadir el hecho de que, ciertamente, es un hombre con un misterioso comportamiento y con una extraña relacion con los medios de comunicación, que normalmente rehuyera a la radio, la televisión y los periódicos, tan necesarios para la proeycción de cualquier artista. Y programas de radio y televisión y periódicos andan permanentemente detrás de él para entrevistarlo, y son pocos los que lo logran. Esto genera inconformidad, disgustos entre comunicadores, que le lancen críticas despiadadas por su actitud en ese orden, pero el hombre no disminuye en lo más mínimo su popularidad.
Los más reconocidos y cotizados productores de televisión le imploran actuaciones suyas en sus programas, y quien las logra puede considerarse dichoso.
Este comportamiento lo asume él por cuenta propia, porque no cuentan con asesores, relacionistas públicos, no cuenta con formación para ello ni tiene a nadie que lo oriente. Él es quien decide todo lo concerniente a su carrera y a su trabajo. Y, evidentemente, le ha dejado excelentes resultados.
Se recuerda que a mediados del decenio de 1990 la Cervecería Nacional Dominicana (CND) intentó contratarlo para una de las versiones del Festival Presidente de Música Latina, y para participar en ese festival exigió que se le pagara la misma cantidad de dinero que se le iba a pagar a la figura internacional más cotizada de la actividad, que, si mal no tenemos entendido, para ese entonces era Ricky Martin.
La Cervecería, una empresa de enorme poder en el ambiente del espectáclo, desistió de contratarlo, y las relaciones entre él y esa compañía, para entonces, prácticamente colapsaron. Ahora, aunque no contratado de manera directa por la CND, El Bachatú accedió a hacer el Reventón Bohemia, que ha estado presentando por diferentes puntos del país, un producto, por lo que, en este caso, ha sido Cervecería que ha dado su brazo a torcer al entender lo importante que es el bachatero para la promoción de su producto cerveza Bohemia.
En su trayectoria Anthony Santos ha tenido serias controversias, serios conflictos, con sectores de gran poder, y todos los ha superado y se ha mantenido como la máxima figura de la bachata.
Telemicro, cuyos medios, al igual que Anthony, se han entronizado en el gusto del pueblo dominicano, al desatar una campaña contra El Bachatú lo que hace es victimizarlo y disparar sus niveles de popularidad. No podrá evitar que sus temas se difundan y sean conocidos por sus seguidores, porque ya Anthony es un artista que conoce y maneja con éxito el negocio de la musica y cuenta con una estructura de promoción que no se limita a la radio y la televisión, sino que comienza por los bares, cafeterías, discotecas, vendedores de discos, y piratas, y luego es que pasan a la radio.
Es una realidad consolidada, protegida y querida por pueblo. Con El Bachatú no hay quien pueda… “¡La bachata soy yo!”
Fuente: Losintrusos.net
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