Cuando hablamos de super-deportivos, las ganas de diferenciar tu producto del de la competencia a veces nos llevan a leer cosas verdaderamente sorprendentes. A estas alturas ya a nadie debería sorprender una carrocería pintada en negro mate, o con la fibra de carbono a la vista… o incluso con incrustaciones de Swarovsky. Por pedir que no quede. No obstante, y a pesar de que en los últimos meses las extravagancias han estado a la orden del día, lo que nunca había oído antes era que pudiese usarse la porcelana como un elemento más tanto en la carrocería como en el interior del habitáculo. Sí, como las famosas figuras de Lladró. El vehículo objeto de tan particular modificación no es un coche cualquiera, ni mucho menos, sino el mismísimoBugatti Veyron 16.4 Grand Sport. Y el resultado de ésto lleva el nombre de L’Or Blanc, una edición super-especial de la que tan sólo se fabricará una unidad al módico precio de 1,65 millones de euros.
Desarrollado conjuntamente entre Bugatti y la Königliche Porzellan-Manufatur Berlin (KPM), uno de los especialistas más reputados en el arte de la porcelana, el Bugatti Veyron 16.4 Grand Sport L’Or Blanc es la enésima versión especial y única del super-deportivo por excelencia, a la que seguramente seguirán unas cuantas más de aquí hasta el final de su producción (tal y como sucedió con el Pagani Zonda). A parte de ser el descapotable más rápido de todos los tiempos, que se dice pronto, el L’Or Blanc también es el primero en contar con un fino revestimiento de porcelana tanto en la carrocería como en el interior. A tenor de lo que se puede ver en las imágenes oficiales, el resultado no podía ser más espectacular.
Sin embargo, y a pesar de que el Veyron 16.4 Grand Sport L’Or Blanc es un modelo único y del que no se fabricarán más unidades, la colaboración entre Königliche Porzellan-Manufatur Berlin y Bugatti no se va a quedar en este proyecto. En este sentido, en un futuro no sería extraño que este acabado terminase por aparecer en la interminable lista de opciones que tenemos para personalizar el biplaza franco-alemán.
La idea surgió cuando el propietario de la Königliche Porzellan-Manufatur Berlin, que también es un gran aficionado a los coches, contacto con Bugatti para reproducir *el famoso elefante que Rembrandt, el hermano de Ettore Bugatti, diseño para el morro del Bugatti Royale** (y que en el Veyron L’Or Blanc aparece en el espacio que hay entre los dos asientos). El proceso que les ha llevado de un pequeño elefante a un super-deportivo de 1.001 CV de potencia se me escapa, aunque el resultado no deja de ser francamente impresionante; tanto como el precio, situado como hemos dicho en los 1,65 millons de euros. No quiero pensar lo que debe costar reparar un pequeño arañazo o el impacto de una simple piedrecita en el morro…
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